Era feliz pero la impaciencia me hacía sufrir.
Al día siguiente, me puse mi vestido preferido, me pinté y salí en dirección a la cafetería, lugar de mi cita.
Entré y ¡oh!, en la mesa de la esquina, estaba el hombre de mis sueños con una muchacha idéntica a mi.........
Sonreí. Mis sueños se me habían adelantado y estaban felices con su hombre.
Lilith
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